Directorio y Colaboradores

Anette Axtell Jaque

Profesora de Educación física, licenciada en Educación
Asistente de dirección ejecutiva Fundación ArtLabbé

La familia de Anette conoció la visión que sustenta a Fundación ENOC el año 1982; ella nació 3 años después. “Por ello, he sido parte prácticamente toda la vida”, destaca.
Así, ha participado en distintas áreas de ENOC y de las fundaciones relacionadas. Por ejemplo, durante su adolescencia fue integrante del directorio nacional de La Siguiente Generación, desde la ciudad de Temuco donde residía con su familia; desde los 20 años, se sumó el equipo de Relaciones Públicas y también ha sido integrante del elenco de las obras de teatro, desde el año 2006, en cuyo contexto también fue la coreógrafa hasta 2019.
En la actualidad, es parte del equipo multidisciplinario de Fundación El Nombre, que promueve valores en medio de las autoridades y líderes del área de las comunicaciones y es asistente de dirección ejecutiva de Fundación ArtLabbé.
“ENOC es una forma de experimentar la unidad, ya que es una institución que abraza a todos. Eso me ha permitido abrir mi mente y no sectorizar o tener una estructura; me ha enseñado a que todos podemos tener algo en común para bien de otros”, resalta.
“La oración es para mí una herramienta fundamental en mi vida. Desde niña he recurrido a ella, para enfrentar los desafíos, sabiendo que, si bien nuestras capacidades son grandes y cada vez podemos potenciarlas más, son limitadas. Por eso, apelo a Dios, quien ha respondido por años mis peticiones, hoy ya no sólo por mi vida personal, si no por toda la nación”, señala.
Asimismo, destaca que “cada uno de los que conforma esta fundación es importante en mi vida. Son amigos con los que puedo contar en cualquier momento, desde las cosas más simples y prácticas, hasta las más profundas y espirituales. Especialmente con Néstor, quien ha sido un gran amigo para mí familia por años, y yo misma he podido experimentar esa amistad sincera y muy presente”.

Volver atrás

“Ante todo recomiendo que se hagan peticiones, oraciones, súplicas y acciones de gracias a Dios por toda la humanidad. Se debe orar por los que gobiernan y por todas las autoridades, para que podamos gozar de una vida tranquila y pacífica, con toda piedad y dignidad”.

1 Timoteo 2:1-2